transformar el dolor en arte, y el amor en revolución
El dolor no se elige. Te ocurre, te atraviesa, se sienta en tu pecho como si tuviera derecho. A veces viene desde la infancia, otras lo descubres de adulto, cuando ya es tarde para defenderte pero no para transformarlo.
NO HATE nació desde ahí. Desde la contradicción de sentir que no había más espacio para sufrir, pero sí una urgencia por crear. Nació del parque detrás de mi casa, de una paloma que se lanzó al vacío y de un amigo que, aunque duerme en un banco de piedra, me enseñó a ver lo esencial. Nació cuando entendí que el sufrimiento puede volverse herramienta, palabra, puente. Que hay belleza en lo roto si decides mirarlo con otros ojos.
La resiliencia, entendida no como fuerza, sino como elasticidad, es el núcleo de todo esto. Caer, volver, y ser otro. Más liviano en los juicios, más profundo en las raíces. No se trata de resistir porque sí. Se trata de aceptar que incluso la oscuridad tiene una razón, y que no todos los dolores deben ser arrastrados eternamente. Algunos se sueltan cuando se nombran.
Y en ese proceso descubrí que el amor es la única base verdadera. No el amor romántico idealizado. No el amor que exige versiones editadas de ti. Sino el amor crudo, cotidiano, silencioso. El que se elige después del colapso. El que te miras en el espejo, tras haber tocado fondo, y aún así decides seguir. Amar tu caos, tus fallos, tus heridas abiertas. Amar al otro desde esa misma conciencia. Amar, a pesar del miedo.
NO HATE no es una marca de ropa. No es solo un poemario. Es una forma de habitar el mundo. De caminar con lo que dolió sin convertirlo en arma. De ponerte una camiseta que hable sin gritar. De leer algo que no solo entretiene, sino que sostiene.
Este espacio es para quienes sienten distinto. Para quienes alguna vez se sintieron raros, rotos, demasiado intensos o demasiado blandos. Para quienes están cansados de fingir que todo está bien. Para quienes no se rinden, pero tampoco quieren cargar con todo el peso solos.
Gracias por estar aquí. Gracias por darte una oportunidad, por abrazar tus ruinas como parte del proceso. Esta no es la meta, es el comienzo. El inicio de una comunidad que no quiere salvar al mundo, pero sí mirarlo con más compasión.
Y si llegaste hasta aquí, quiero que sepas algo: no estás solo.
Este proyecto te abraza.
Lo que duele, también puede florecer.
Y todo lo que creamos desde el amor, permanece.
¡ MUCHAS GRACIAS POR TU APOYO ! 🙂
